martes, 17 de marzo de 2009

MY TAILOR IS RICH


“My taylor is rich” –mi sastre es rico- Ahora entiendo por qué la asignatura de Educación para la Ciudadanía debía impartirse en inglés en la Comunidad Valenciana. Con esa frase –mi sastre es rico- comenzaba un mítico curso de aprendizaje de inglés llamado método “Assimil”, creado en Francia por Alphonse Chérel en 1929. El método pronto se introdujo en España con el título de “El inglés sin esfuerzo” y sirvió a generaciones de ciudadanos para iniciarse en los fárragos del idioma de la pérfida Albión.


Este domingo he leído en “El País” las declaraciones de José Tomás, sastre del muy ilustre presidente del gobierno valenciano D. Francisco Camps. Allí hablaba de los últimos trajes de 1000 ó 1200 euros que elaboraba para tan importante personaje y del ceñidor o trabilla importado de Italia que había que colocarle en la parte trasera de los pantalones, no sabemos si para marcar paquete o para elevarle el bendito culo a una altura conveniente. Allí hablaba de zapatos “Crokett & Jones”, de los que ignoro donde tendrán la música, y de las sesiones de toma de medidas en el Hotel Ritz de Madrid, donde acostumbraba a alojarse el señor presidente.


“Que vida tan diferente
la suya y la mía, sr. Presidente…”
como cantaba el pobre Quintín Cabrera, que acaba de morirse.


Me he tomado la molestia de consultar los precios de este hotel en su página web: la habitación mas barata –classic- cuesta 572,45 euros por noche. A partir de ahí empiezan a subir hasta los 3.852 euros por noche de la suite presidencial y 5.350, la suite real. Como no me imagino que el sr. Camps se pague de su bolsillo los viajes oficiales, pueden ustedes calcular por cuanto nos salen a los ciudadanos los desplazamientos de tan elegante personaje.


Recuerdo a los oyentes que el salario mínimo interprofesional es de 624 euros al mes para una jornada de trabajo de 40 horas semanales. Harán bien estos señores en atender las reivindicaciones salariales de la policía, no sea que algún parado con hipoteca pendiente les endilgue un mordisco en la trabilla de los pantalones.


Entretanto, ya lo saben: habrá que empezar a perfeccionar el inglés. Empiecen conmigo: “My taylor is rich…”

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