martes, 28 de septiembre de 2010

ANIVERSARIO Y HUELGA GENERAL


La semana pasada, al escuchar los ditirambos monárquicos del inefable Sr. Bono al celebrar el doscientos aniversario de las Cortes de Cádiz, había yo pensado dedicar este comentario semanal a rebatir algunos de sus más rimbombantes tonterías. Pero la coyuntura manda, y me voy a conformar con una cita de un historiador tan poco bolchevique como Miguel Artola, sacada de un libro publicado en 1959, nada menos que por el Instituto de Estudios Políticos de Javier Conde y Manuel Fraga Iribarne.


Dice Artola, hablando de lo acontecido hace doscientos años: “Tanto los monarcas como los infantes han renunciado de manera injustificable, cualquiera que sea la teoría política a cuya luz se consideren estos acontecimientos, las prerrogativas de su condición real. En la crisis más trascendental de nuestra historia moderna los monarcas, al despojarse de sus atributos, han abandonado la soberanía”


Los tiempos cambian, y el Sr. Bono se deshace en mieles y halagos con los descendientes de aquellos reyes e infantes a los que tanto importaba España, España, España…


Pero como les decía, la coyuntura manda y mañana hay Huelga General. Y a los que nos importan los ciudadanos de este país, sea uno o múltiple, europeo o mediopensionista, nos va mucho en que la huelga de mañana sea un éxito. Un éxito de resistencia contra un ataque injusto e imbécil contra los derechos de los trabajadores y los ciudadanos.


Naturalmente que mañana voy a la huelga. No sólo porque es mi derecho, sino también mi obligación.

martes, 21 de septiembre de 2010

HUELGA GENERAL


Ayer, al incorporarme al trabajo después de mis vacaciones, me desayuné con la publicación en el Boletín Oficial del sábado 18 de septiembre, de la Ley 35/2010 de 17 de septiembre, de Medidas Urgentes para la Reforma del Mercado de Trabajo. Inmediatamente recordé el artículo que Ignacio Escolar había escrito unos días antes, el 16, en “Público”, titulado “Por qué iré a la huelga general”


Allí, además de recordar el aniversario del 15 de septiembre de 2008 en que se produjo la famosa quiebra de Lehman Brothers, origen de la crisis y que no fue culpa de los liberados sindicales, ni de los gitanos, ni del precio del despido libre, anunciaba que pensaba sumarse a la Huelga General del 29 de septiembre por otros cuatro motivos más: el primero de ellos era el propio contenido de la reforma laboral, al no comprender cómo se puede combatir el paro abaratando el despido, actitud semejante a la de los pirómanos que apagan fuegos arrojando gasolina. El segundo motivo era su hijo de un año y su negativa a rendirse ante lo que consideraba una de las mayores estafas de la historia. El tercero porque, aunque como dice, también conoce a sindicalistas egoístas y liberados perezosos, le preocupa que una derrota de los sindicatos deje a los trabajadores sin su principal defensa…


Pero como cuarto motivo aduce, y aquí no estoy de acuerde con él, que irá a la huelga porque, aunque se teme que no vaya a funcionar, tiene debilidad por las causas perdidas.


Yo, que también debo confesar esa debilidad y que siempre he preferido los indios al 7º de caballería, no puedo estar de acuerdo con este último motivo de Ignacio Escolar y le contesto con una cita de León Trotsky que acabo de leer en un artículo que publica en “Rebelión” José Arturo Val del Olmo. A los que preguntan si la huelga tiene garantías de éxito y va a conseguir tumbar la Reforma Laboral, sólo se puede contestar: “¡Pregunta miserable y filistea! En la lucha obrera no hay garantías por adelantado, no es posible hacerlo (…) Después de cada caída hay que levantarse, después de cada retroceso hay que avanzar, cada escalón destruido debe ser reemplazado por otros dos nuevos.”