martes, 30 de noviembre de 2010

LA EMBAJADA DE EEUU


Yo no sé si los oyentes recuerdan una vieja canción de Ángel Parra que se titulaba “Los embajadores”. Tenía una letra curiosa:


Las embajadas son como espadas
que están clavadas en la ciudad.
Tienen jardines que son mononos
y secretarios que como monos
cortan el pasto de la mansión.


Seguían en el mismo estilo varias estrofas, alguna de las cuales todavía recuerdo:


Estos palacios están muy lacios,
nadie respeta la tradición
de caballeros muy bien planchados
y perfumados que meten goles a mi nación.


Y terminaba:


Por fin señores, las embajadas
cada cinco años en Washington
reciben pagos por los servicios
que le han prestado a esa nación.


La canción me ha venido a la memoria con las últimas revelaciones de Wikileaks: de los famosos 250.000 documentos obtenidos, 3620 son de la Embajada Estadounidense en Madrid y de ellos 103 son secretos y 898 confidenciales y demuestran que los tres embajadores de los últimos 6 años se han dedicado a presionar, cuando no a espiar, a todo quisque en este país, desde el Rey, Zapatero, Rajoy, González o Aznar, hasta ministros, jueces, fiscales, empresarios y representantes de todas las instituciones del estado. Mientras aquí nos rompemos la cara por un trocito de soberanía y por una transferencia de más o de menos, con el “amigo americano” somos mucho más condescendientes y el patriotismo, constitucional o no, se vuelve “wash and wear” como las camisas.


El señor embajador amenaza con perder la paciencia y aquí se achanta hasta el gato. Desde luego, calientan poco las brasas de Numancia y a Viriato se le arruga hasta el pomo de la espada.

martes, 23 de noviembre de 2010

LOS CONDONES Y EL PAPA


Estaba indignado. Mi hermano Santiago, que es jefe de la sección de oncología ginecológica en el Hospital de la Candelaria de Santa Cruz de Tenerife, estaba indignado con las últimas declaraciones del Papa sobre los preservativos.


Efectivamente, en el libro-entrevista del periodista alemán Peter Seewald, Benedicto XVI considera justificado el uso del condón en casos extremos, como por ejemplo la prostitución masculina. Mi hermano, que no se cansa de aconsejar su uso a sus pacientes, sean de la ideología que sean o practiquen la religión que practiquen, me cuenta que ninguna, en tan difíciles circunstancias, ha rechazado su consejo, pese a todas las prohibiciones que se empeña en imponer la Iglesia Católica.


Yo, que ya soy viejo, aunque no lo parezca y hace ya años leí, entre el asombro y el asco, un libro como el Levítico, para intentar entender toda la casuística supuestamente moral que pretenden imponer las llamadas religiones del libro (ya saben todo aquello de la inmundicia del flujo, las efusiones del semen y el sacrificio de tórtolas o pichones…), creo haber entendido el trasfondo de las declaraciones papales, aunque, desde luego, no hayan resuelto todas mis dudas.


Lo que viene a decir es que, como, de momento, en las relaciones entre hombres no existe el peligro de la concepción, cuando haya riesgo, puede usarse el maldito preservativo. El asunto me ha traído a la cabeza los “Casos de Conciencia”, diálogo moral que Joaquín López de Barbadillo atribuye a D. Antonio Alcalá Galiano y al Duque de Rivas. Pregunta allí el Duque, como podría preguntar ahora cualquier dubitativo parroquiano:


Si un timorato varón
viendo imposibilitada
a su mujer, por preñada
o bien por la menstruación,
cayese en la tentación
de dar, por mera flaqueza
suelta a la naturaleza
por vaso no competente
¿Usted, D. Antonio, siente
que cometerá impureza?


¿Ustedes qué piensan? Yo, como Axterix, que están locos estos romanos.

martes, 16 de noviembre de 2010

BELLO GESTO


La gripe que la semana pasada me tuvo con fiebre y encamado privó a los sufridos oyentes de las manifestaciones de las nauseas que me había originado el domingo anterior la entrevista que Juan José Millás realizó en El País al ciudadano Felipe González Márquez, donde el expresidente, con soltura pedantesca de niño repipi, venía a despejar la equis evidente de una repugnante y simplona ecuación de primer grado (1+x=2, por ejemplo)


Pero como ya ha pasado una semana, quede para Felipotan mi profundo desprecio y voy a hablarles de un bello gesto que me reconcilia con el mundo y me demuestra que todavía existe gente que representa todo lo contrario que los señores de las equis. Me refiero al realizado desde Australia por el artista madrileño Santiago Sierra, al serle concedido el Premio Nacional de Artes Plásticas 2010. Al día siguiente de su concesión, rechazó el premio y sus correspondientes 30.000 euros –cinco millones de pesetas- porque, como dijo, “no quería colaborar con un Estado que es cómplice de guerras dementes y que, entre otras muchas cosas, dona el dinero común a la banca”.


En la entrevista que le hacía Ángeles García en El País del pasado viernes, precisaba más: “creo haber expuesto con mucha claridad mis razones en mi carta a la Sra. González Sinde. No obstante, y por explicárselo de otro modo, digamos que ni por treinta ni por ochenta mil euros le daré nunca la mano a cómplices de la incoherente barbarie bancaria y militar, ni tampoco a gente que trabaja activamente contra el bien común”


A los que no entienden por qué, si rechaza el premio, aceptó el encargo de trabajar en el Pabellón de España en la Bienal de Venecia, les dice: “Pues es bien simple de entender, en un caso te pagan por una reverencia y en el otro por hacer tu trabajo. Mi trabajo, evidentemente, no es hacer genuflexiones ante nadie”


¡Yo creo que difícilmente podría haberlo dicho mejor!

martes, 2 de noviembre de 2010

UNA ANÉCDOTA


Debe ser porque el 28 de noviembre son las elecciones catalanas y la proximidad y el espíritu de campaña desatan las lenguas de los protagonistas. Ya hemos oído decir, casi a cada uno de ellos, que no piensan aliarse con nadie, que el tripartito no tiene posibilidad alguna y que Convergencia y Unió, antes muerta que sencilla, jamás pactará con el Partido Popular.


Por eso me ha hecho tanta gracia la anécdota que acabo de leer en la recién reeditada biografía de Companys de Ángel Ossorio y Gallardo: Nos encontramos en 1917 en Barcelona; 68 parlamentarios de toda España, desde republicanos a derechistas notorios, pero ajenos al sistema de partidos turnantes, se han reunido en el antiguo edificio del Parque, bajo la presidencia del prócer de la Lliga Catalanista, don Raimundo de Abadal, con objeto de convocar una constituyente que ponga fin al inicuo y destartalado sistema canovista que tiene su base en la oligarquía y el caciquismo denunciados desde hace mucho por Joaquín Costa.


El gobernador civil, don Leopoldo Matos, intima a los reunidos a disolverse y Abadal contesta heroicamente: “No lo haremos sino violados por la fuerza material”. Ni corto ni perezoso, el gobernador pone su mano sobre el hombro del señor Abadal y dice: “Pues yo os violo simbólicamente”. Y, sin más, los 68 héroes se marchan en perfecta tranquilidad.


El epílogo de aquel “paso honroso” lo pone Cambó, líder de la Lliga y futuro colaborador financiero del golpe franquista. Cambó había prometido en la asamblea de parlamentarios “que su partido no apoyaría, ni aceptaría formar parte de ningún gobierno cuya estructura y finalidad no estuviesen de perfecto acuerdo con las conclusiones aprobadas por la asamblea”. Pocos días después el gobierno del liberal García Prieto contaba con dos ministros de Lliga, Ventosa y Rodés, y no pasaría un año sin que el mismo Cambó entrara en el gobierno como ministro de Fomento del conservador Maura.


Como vemos el espíritu de Cambó sigue muy vivo en esta diarrea de declaraciones preelectorales. No es raro, su nieto, Ignasi Guardans, es uno de los más activos miembros de Convergencia y Unió.


Esto suena como los famosos “jamases” del general Prim a la dinastía borbónica. Claro que Prim tuvo la decencia de morirse para no ver en qué se convertía su profecía.


También se nos ha muerto Marcelino Camacho, un hombre coherente que no tiene nada que ver con esta patulea de la que estamos hablando…