martes, 1 de febrero de 2011

PACTO POR LAS PENSIONES


Quería yo hablarles hoy del pacto sobre las pensiones y de la sorpresa que no deja de producirme el que algunas gentes que se llaman de izquierda celebren el engendro, cuando menos, como un mal menor, en estos momentos en que, por lo visto, sólo pintan bastos.


Como ya he dicho otras veces, tengo gusto por la historia y el asunto no deja de recordarme a aquel contemporáneo español del Conde-Duque de Olivares, que afirmó, ante el declive imparable del Estado y del Imperio, y para justificar el fracaso de las reformas del Conde-Duque: “Es así que nos vamos acabando, pero, en otras manos, habríamos acabado más presto”.


El problema es que, con su actitud, los sindicalistas mayoritarios favorecen que el presto, presto, acabemos en otras manos que supongan precisamente su final definitivo y entonces si que será el llanto y el rechinar de dientes. Ojalá no se pueda decir, en estos inicios del siglo XXI, de la grandeza de los sindicatos históricos, aquello que Quevedo decía de nuestro Felipe IV El Grande: “Si, grande como los hoyos del campo, mas grande cuanto más tierra le quitan”


Yo también fui ala huelga el 29 de septiembre pasado, y me manifesté en las calles de Zamora, y me descontaron un pastón de mi ya recortada nómina. Por eso me molesta tanto que gente como Luís García Montero digan que celebra este acuerdo porque ha conseguido recortar los recortes.


Pero volvamos a la historia, que tengo la tensión muy alta y debo cuidar mi insuficiencia renal. Cuenta Hobsbawm que cuando el primer ministro francés, Edouard Daladier, que era bastante cabroncete, regresaba a París, tras haber firmado en septiembre de 1938 el famoso Pacto de Munich, que permitía a Hitler tragarse Checoslovaquia y crucificaba definitivamente a la República Española, temía los reproches de sus ciudadanos por la bajada de pantalones. Al contrario, en la estación lo recibieron con vítores y algarabía festiva. Daladier, despectivamente dijo: “bande de cons”, que viene a ser algo así como; “¡Banda de gilipollas!”


No puedo dejar de pensar que alguno de los sindicalistas que han firmado el pacto de las pensiones, cuando vea tanto ditirambo para la racionalidad y responsabilidad de los sindicatos, piense lo mismo: “¡Que partida de gilipollas!”.

No hay comentarios: