martes, 2 de noviembre de 2010

UNA ANÉCDOTA


Debe ser porque el 28 de noviembre son las elecciones catalanas y la proximidad y el espíritu de campaña desatan las lenguas de los protagonistas. Ya hemos oído decir, casi a cada uno de ellos, que no piensan aliarse con nadie, que el tripartito no tiene posibilidad alguna y que Convergencia y Unió, antes muerta que sencilla, jamás pactará con el Partido Popular.


Por eso me ha hecho tanta gracia la anécdota que acabo de leer en la recién reeditada biografía de Companys de Ángel Ossorio y Gallardo: Nos encontramos en 1917 en Barcelona; 68 parlamentarios de toda España, desde republicanos a derechistas notorios, pero ajenos al sistema de partidos turnantes, se han reunido en el antiguo edificio del Parque, bajo la presidencia del prócer de la Lliga Catalanista, don Raimundo de Abadal, con objeto de convocar una constituyente que ponga fin al inicuo y destartalado sistema canovista que tiene su base en la oligarquía y el caciquismo denunciados desde hace mucho por Joaquín Costa.


El gobernador civil, don Leopoldo Matos, intima a los reunidos a disolverse y Abadal contesta heroicamente: “No lo haremos sino violados por la fuerza material”. Ni corto ni perezoso, el gobernador pone su mano sobre el hombro del señor Abadal y dice: “Pues yo os violo simbólicamente”. Y, sin más, los 68 héroes se marchan en perfecta tranquilidad.


El epílogo de aquel “paso honroso” lo pone Cambó, líder de la Lliga y futuro colaborador financiero del golpe franquista. Cambó había prometido en la asamblea de parlamentarios “que su partido no apoyaría, ni aceptaría formar parte de ningún gobierno cuya estructura y finalidad no estuviesen de perfecto acuerdo con las conclusiones aprobadas por la asamblea”. Pocos días después el gobierno del liberal García Prieto contaba con dos ministros de Lliga, Ventosa y Rodés, y no pasaría un año sin que el mismo Cambó entrara en el gobierno como ministro de Fomento del conservador Maura.


Como vemos el espíritu de Cambó sigue muy vivo en esta diarrea de declaraciones preelectorales. No es raro, su nieto, Ignasi Guardans, es uno de los más activos miembros de Convergencia y Unió.


Esto suena como los famosos “jamases” del general Prim a la dinastía borbónica. Claro que Prim tuvo la decencia de morirse para no ver en qué se convertía su profecía.


También se nos ha muerto Marcelino Camacho, un hombre coherente que no tiene nada que ver con esta patulea de la que estamos hablando…

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