martes, 15 de junio de 2010

MANIFIESTO


Me mandan por las galácticas rutas de Internet un manifiesto que ha tenido origen en la Universidad de Sevilla a propósito de la actual crisis y de las medidas que está tomando este Gobierno. Con la huelga general, por fin, prácticamente convocada, me parece oportuno referirme a algunas de las cosas que se dicen en el manifiesto, tan breve como pertinente, según afirma mi corresponsal.


Dicen allí los profesores que es inmoral e inaceptable que el dinero que los poderes públicos dan a los bancos al 1% de interés para que financien la economía, los bancos sólo lo utilicen para comprar deuda pública al 5 ó incluso al 10%, o para continuar simplemente especulando. Dicen allí, por eso, que es necesario e imprescindible una banca pública que vaya más allá de la avaricia egoísta de unos cuantos privilegiados.


Dicen allí que la reforma laboral que van a imponernos, lejos de crear empleo, sólo busca debilitar el poder de negociación de los trabajadores y abaratar el precio de la fuerza de trabajo para que puedan seguir aumentando los beneficios de los bancos y las grandes empresas.


Allí denuncian la complicidad de los medios de comunicación, públicos y privados, con una visión unilateral e interesada respecto a las medidas a tomar para combatir la crisis que enfrentamos…
El manifiesto inicial lo firman, el mes pasado, 26 catedráticos y profesores de la Universidad de Sevilla. El 5 de junio se habían adherido y firmado el manifiesto otras 375 personas, en su inmensa mayoría profesores de esta y otras Universidades.


Al leerlo y ver las firmas, he recordado un viejo poema de Alfonso Sastre, escrito en 1960. Incluso lo he cantado con la música de Pedro Faura, cuando todavía era Pero Faura.


Escuchen:


“Yo firmo lo que sea.
Pero no se trata tan sólo de firmar. Se trata
de escribir.
Pero no se trata tan sólo de escribir. Se trata
de leer en voz alta. Pero no sólo de eso sino también
de gritar por las aceras.
Pero no sólo de gritar. Se trata
de reunirnos todos, al fin, por la justicia,
por la paz.
Pero no sólo de reunirnos,
también de cantar.
Pero no sólo de cantar; también de iniciar una marcha.
Pero no sólo de iniciar una marcha, sino también
de llegar, caminando, hasta el fin; de
(caiga quien caiga) derribar
a las gentes que aquí nos envilecen.
Pero no sólo de llegar, de derribar, sino también
de construir dentro de España a España.
Pero no sólo de eso, sino también…”

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