martes, 15 de diciembre de 2009

AMINATOU HAIDAR


Creo Que fue en 1964 cuando Peter Weiss publicó la que seguramente es la más famosa de sus obras de teatro: Marat-Sade. Su título en realidad es “Persecución y asesinato de Jean Paul Marat representados por el grupo teatral de la Casa de Salud de Charenton bajo la dirección del señor Sade”. La obra, en el ámbito de un manicomio que proporciona escenario, público y actores, propone la confrontación entre el revolucionario asesinado por Carlota Corday y el aristócrata que, pasando tangencialmente por la revolución, en medio de sus persecuciones anteriores y posteriores, termina refugiándose en una individualidad nihilista y cínica.


El marqués espeta al revolucionario:


Tú quisiste mezclarte con la realidad
y ella te ha arrinconado.
Mientras, yo he renunciado a ocuparme de ella.
Mi vida consiste en mis fantasmas.
La revolución
no me interesa ya.


Marat, semiparalizado en su bañera, intenta aliviar con agua sulfurosa la comezón terrible de una enfermedad de la piel, y sigue lanzando al mundo sus proclamas revolucionarias:


¡Pobre del ser excepcional
que se atreve con todos los límites
para forzarlos, para franquearlos!


Los que ya peinamos bastantes canas aun recordamos la versión de Alfonso Sastre de esta obra, que en 1968 puso en escena Adolfo Marsillach, aunque ahora, en los foros de Internet, sólo sea accesible la de Peter Brook.


Si la he traído a colación ha sido a raíz de los comentarios que políticos y periodistas están haciendo sobre la huelga de hambre de Aminatou Haidar, teorizando sobre la responsabilidad de la maternidad o comparando frívolamente su índice de peso corporal después de 30 días de huelga de hambre. Los problemas siguen siendo el aumento de sueldo, el aborto de aquella o si este zapato me aprieta más que el otro… Sus fantasmas no se aproximan siquiera a la grandeza de los que poblaran el sueño del Marqués de Sade.

martes, 8 de diciembre de 2009

NOCHEVIEJA UNIVERSITARIA



El curso 1972-73 apareció por la Facultad de Derecho de Madrid un curioso personaje procedente de Granada: el catedrático de Historia del Derecho Rafael Gibert. Muy cercano al Opus Dei, había hecho sus pinitos en aquella fábrica ideológica que Albareda y sus cofrades habían depredado a la Junta de Ampliación de Estudios y a la Institución Libre de Enseñanza, y aquel curso se premiaban sus servicios con una plaza en la Complutense y el puesto de vicedecano.


Rafael Gibert estaba loco o se lo hacía. Desde su misma llegada se dedicó a complementar la labor de la policía reventando las Asambleas por el procedimiento de cantar villancicos o enzarzarse en discusiones estrafalarias con quien quisiera entrar al trapo de sus provocaciones: todavía recuerdo a Luís Mari, un curioso sobrino de Arias Navarro, anarquista él, que era uno de sus alumnos favoritos…


Para enfrentarse a la creciente agitación universitaria, aquel provocador discurrió otra idea: promocionar la Tuna. Ya se sabe, jolgorios, clavelitos, alcohol y casa de Troya sobre manifestaciones, expedientes y detenciones…


La táctica, como se ve, es bien antigua, sólo que ahora se le añade el negocio, la marca registrada y la promoción del turismo a esta necia diversión por decreto. La Nochevieja Universitaria tiene patrocinadores, managers, seguros, protocolos sanitarios y de orden público y no se cuantas zarandajas más para conseguir lo mismo:


El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero.
Será un joven lechuzo y tarambana
un sayón con hechuras de bolero…


La guinda la han puesto las Nuevas Generaciones del P.P. zamorano reivindicando la sana alegría de la fiesta, el orden y las bebidas isotónicas, capaces de convertir la jarana en un devoto rosario del alba ¡Ojalá que este rosario de estupideces no acabe como el rosario de la aurora!

martes, 1 de diciembre de 2009

ORTOGRAFÍA


José Antonio Balbontín cuenta, en sus interesantes memorias –“La España de mi experiencia”- que José Díaz, el que fuera secretario general del Partido Comunista desde 1932 hasta su muerte en Tiflis en 1942, decía con frecuencia en sus discursos: “Si lo hacemos “asín”…”, marcando con saña la n final andaluza tan incorrectamente antigramatical. Como Balbontín, culto y elegante abogado, sin poderse contener, se lo advirtiera, el dirigente comunista le contestó que esos escrúpulos gramaticales eran prejuicios pequeño-burgueses y que acaso el proletariado tuviese que crear un idioma nuevo.


Las memorias de Balbontín se publicaron por primera vez en 1952 y ello dio lugar a que su autor ironizara con cómo hubiera rectificado José Díaz a partir de 1950, cuando Stalin afirmó que los bolcheviques debían hablar con esmero el mismo idioma que los zares, ya que la lengua es ajena a la superestructura.


Efectivamente, el 20 de junio de 1950, Stalin publicó un artículo en Pravda que cerraba una serie de discusiones lingüísticas que venían produciéndose y que sería traducido en París, al año siguiente, con el título “A propósito del marxismo en lingüística”.Este opúsculo de 71 páginas daría origen al primer capítulo de uno de los grandes libros de nuestro Agustín García Calvo –“Lalia”- publicado en 1973 por “Siglo ventiuno”.


Si traigo esta anécdota a colación ha sido a raíz de la intervención de mi hijo –Pablo Iglesias Turrión-, como profesor de Ciencia Política, en el acto de refundación de la izquierda que se celebró el pasado sábado en Madrid. Allí, en compañía de gente como Rosa Regás, Rafael Reig o Isaac Rosa, hizo una intervención radical y valiente sobre los que considera que deben ser los fundamentos de la refundación.


Los comentarios en los foros de Internet han sido elogiosos, prácticamente todos a excepción de uno que firma Marcos Reguera Mateo que, aunque considera buena la intervención, la califica como muy blandita diciendo: “Estubiste bien y te ganaste una obación” (sic). Lo chocante del asunto y el motivo de la anécdota que he contado, es que Marcos Reguera escribe “estubiste” y “obación” con “b” de burro.


No he podido contenerme y le he espetado a mi vez, el siguiente comentario: “¿Blandito? ¡Lo realmente duro es enfrentarse al Miranda Podadera!”