martes, 18 de noviembre de 2008

IZQUIERDA UNIDA



Que es preocupante y algo triste lo que ha ocurrido en Rivas-Vaciamadrid este fin de semana parece un lugar común generalmente aceptado por propios y ajenos. La novena Asamblea General de Izquierda Unida, reunida allí, no ha sido capaz de elegir un coordinador general de consenso entre las diversas sensibilidades que se agrupan en la organización.

He oído y leído diferentes comentarios: que supone un acontecimiento histórico que un congreso de partido acabe en tablas como los más difíciles encuentros de ajedrez, que “Jack el fontanero” hubiera preferido un congreso a la búlgara… ¿Qué tendrá el búlgaro para nosotros?

“Nativa enseña el búlgaro de 6 a 9
Y fui
Y resultó que era un idioma.”

No es agradable para la militancia de Izquierda Unida. Está claro. Pero no echen las campañas al vuelo y acaben por descubrir que los muertos que entierran gozan de buena salud

Porque nosotros somos de la especie de Sancho Panza. Somos socarrones y, a veces, cómodos. Nos gusta llevar la bota llena, y ajos y cebollas en la alforja. En ocasiones, hasta regoldamos, aunque no sea de gobernadores, porque las Ínsulas Baratarias son sólo una excusa que, si la ocasión llega, despreciamos alegremente.

Porque, como Sancho, tenemos miedo y nos gusta sestear con Sancha o con Aldonza, pero, apaleados, apedreados y escarnecidos, no dejamos de de seguir al de la Triste Figura que un día nos descubrió la locura sublime de deshacer entuertos.

Porque cuando en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño y todos, hasta Alonso Quijano el bueno, reconocen su locura, nosotros no y, quijotizados hasta los tuétanos, decimos al caballero que “vuesa merced habrá visto en sus libros de caballerías ser cosa ordinaria derribarse unos caballeros a otros, y el que es vencido hoy, ser vencedor mañana”.

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