Después de ver la noticia en el periódico del sábado (el Consejo de Administración de la Comisión Nacional de la Energía propone una subida del 31% a los consumidores domésticos en el recibo de la luz) intenté enterarme de que coño fuera el famoso “déficit tarifario” al que esos señores, por llamarlos de alguna forma, pretenden atribuir semejante animalada.
En el Boletín Económico del ICE, una publicación del Ministerio de Industria, leí un documentado artículo de Julián López Milla que está adecuadamente colgado en Internet y al que remito a los oyentes.
El problema proviene, por lo visto, de la Ley del Sector Eléctrico de 1997 y los culpables parecemos ser los desgraciados que no consumimos energía suficiente para acudir al mercado libre y nos tenemos que conformar con la compañía que nos toca y la tarifa que fija el Gobierno, con lo que hacemos sufrir enormes pérdidas a las sufridas empresas productoras de energía eléctrica.
Tan culpable me sentía que seguí buscando por la red para encontrarme con datos como estos:
Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, parece ser que tiene un sueldo de 7,2 millones de euros anuales, sólo un poco por debajo de lo que cobran Francisco González, presidente del BBVA o Alfredo Sáenz, vicepresidente del Santander. Cerca estuvo, también en Iberdrola, Iñigo Oriol, hasta que pasó, creo que en 2006, a gozar de lo ganado.
En la privatización de Endesa, ya fueron objeto de noticia las retribuciones de Manuel Pizarro y Rafael Miranda que, ya en 2005, habían cobrado 4,3 millones de euros, un 40% mas que en 2004.
7,2 millones de euros son algo mas de 1.197 millones de las antiguas pesetas y suponen un sueldo mensual de 600.000 mil euros, casi 100 millones de pesetas al mes. Recuerdo a los oyentes que, según el convenio vigente en Zamora, el salario mensual de un oficial primera en construcción, con pagas extras incluidas, es de 1250,5 euros. Y que la pensión mínima de jubilación, muy frecuente en esta provincia, es para el año 2008 y con cónyuge a cargo, de 658,75 euros mensuales.
Los sueldos de esos directivos ¿no forman parte de los costes que pretenden que paguemos como déficit tarifario? La clase gozante no sólo disfruta, sino que, en su desvergüenza, todavía reclama ayudas al Gobierno.
Decía Agustín García Calvo que el único Dios era el Capital, el Dinero. Yo digo como la jota:
Si esto es lo que manda Dios
que venga Santa Lucía
y cure a nuestro Señor
de tan tremenda miopía.
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