martes, 22 de junio de 2010

SARAMAGO


Como la pasada semana Marichu García me pareció algo cansada de que les hablase, otra vez, de la crisis, hoy he decidido cambiar el tercio y relatarles una anécdota, con citas incluidas, que he recordado a raíz de la muerte de mi querido José Saramago.


En 2005 tuvimos en Braganza y en Zamora unas jornadas de intercambio de experiencias entre la Inspección de Trabajo portuguesa y la española. Como ese año se celebraba el 400 aniversario de la publicación del Quijote, el inspector de trabajo portugués que intervenía conmigo, muy elegantemente, citó al ingenioso hidalgo, mencionando su lucha contra los molinos convertidos en gigantes. Sin nombrarlo, parecía referirse a Lord Beveridge y los cinco gigantes (penuria, enfermedad, ignorancia, miseria y vagancia) que hiciera famosos con su informe sobre Seguridad Social y otros servicios de 1942 y que sentaría las bases de los estados de bienestar de postguerra.


Yo no quise ser menos, y aunque me gusta Camoens y soy un devoto admirador de Eça de Queiroz, preferí contestarle con unas citas de Saramago. Escuchen:


“Tierra suelta, escombros, lascas que la pólvora o el pico arrancaron al pedernal profundo, y que transpotan luego los hombres en carretillas llenando el valle con lo que se va arrasando del monte o extrayendo de nuevos fosos. Para desechos de mayor porte y peso andan los carros grandes, chapeados de hierro, que los bueyes o las mulas arrastran sin mas pausa que cargar y descargar. En los andamios, por las rampas de tablones, suben hombres las piedras suspendidas del yugo que les asientan sobre la nuca y los hombros, sea por siempre alabado quien inventó la almohadilla de apoyo, fue sin duda alguien a quien le dolía”


Y esta otra, también de “Memorial del Convento”:


“Y ni uno ni otro saben exactamente cuantos son quinientos, sin hablar ya de que el número es, de todas las cosas que hay en el mundo, la menos exacta, se dice quinientos ladrillos, se dice quinientos hombres, y la diferencia que hay entre un ladrillo y un hombre es la diferencia que se cree que no hay entre quinientos y quinientos, quien no entienda esto la primera vez no merece que se lo expliquen la segunda”


Se nos ha muerto Saramago: el escritor, el humanista, el camarada

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