FRACASOS

Como tantas otras veces, el pasado domingo a las ocho de la tarde me encontraba en una mesa electoral como apoderado de Izquierda Unida, controlando el recuento de votos. Como otras veces, también, el trago resultaba bastante amargo a la vista de la escasez de los resultados.

No es fácil, a los 55 años y peinando ya bastantes canas, asumir que, otra vez, no hemos sabido atraer a mas electores con un programa que sigo considerando necesario y atrayente, en una situación tan difícil como la que está atravesando Europa y el Mundo.

Y valen de poco las justificaciones: las situaciones de crisis y el miedo que producen implican derechización en los países ricos, la alta abstención significa un voto de protesta de tantos ciudadanos hartos de la farsa de los políticos profesionales o, incluso, que hemos parado el descenso y que ya, ya mismo, iniciamos la recuperación…

Es posible que, en nuestro país, el electorado mas o menos fijo del PP y el PSOE esté muy consolidado y que haya muchos ciudadanos que no vayan mas allá de las perspectivas de estas dos estructuras profesionalizadas, pero cuesta entender que no vean el fracaso y el laberinto sin salida de la política económica que ha originado la actual crisis. Cuesta entender que la corrupción no pase factura y que la endeblez intelectual se imponga sobre la mayoría… Cuesta entender que los verdaderos damnificados de la crisis no hayan dado una contundente patada a tanta sinrazón y tanta injusticia.

No queda otro remedio que recurrir a los clásicos: “Luchar, fracasar, volver a luchar, volver a fracasar… así hasta la victoria final” O hasta que el cuerpo aguante que viene a ser lo mismo