Fue la semana pasada mientras tomábamos una caña a la salida de la oficina. Como mi compañera se escandalizase de una noticia que daba en ese momento la televisión sobre el precio de un magnífico caballo, un millón de euros, un cliente solitario que esperaba en una mesa no se cortó y nos espetó: ¡Pues a mi no me parece tanto ni mucho menos!
Luego vinieron las explicaciones: si aquel soberbio animal costaba un millón de euros, Florentino Pérez acababa de pagar 94 por el famoso Ronaldo y no se que otra porrada por un señor que se llama Caca y que también debe jugar muy bien al futbol. A nuestro espontáneo interlocutor no le parecía diferencia suficiente el que unos supieran leer y el otro no, alegando, además, que el caballo puede convertirse en padre de una yeguada muy valiosa, mejorando la belleza y el rendimiento de una numerosa progenie.
Pormucho que bastantes señoras suspiren por los músculos de Ronaldo y Caca, es dudoso que, aunque se les exprima los testículos, podamos obtener varios equipos de primera.
Claro que siempre nos queda un consuelo. Para gastar por gastar, peores son los 43 misiles Taurus que acaba de adquirir nuestro ejército del aire, a prácticamente un millón de eurazos la unidad: vuelan a 30 metros sobre el suelo, indetectables para cualquier radar, o eso dicen, y alcanzan un objetivo a 350 kilómetros de distancia, perforando un muro de 4 metros de ancho. Para demostrar que van en serio ya han gastado dos, dos milloncejos de nada, en un polígono de tiro de la lejana Sudáfrica.
¡Vamos que no hay nada como los brotes verdes de la dinamita bien usada!
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