martes, 2 de marzo de 2010

"ARREGLALOTODOS"


Coincidiendo con la crisis que desató en nuestro país el desastre de 1898, con la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, surgió un curioso movimiento que partió de los grupos de presión patronales, que no otra cosa habían llegado a ser las famosas Cámaras de Comercio.


Siguiendo la estela de la Liga Nacional de Productores de Joaquín Costa, el presidente de la Cámara de Comercio de Zaragoza, Basilio Paraíso, y el secretario de la de Valladolid, el zamorano Santiago Alba Bonifaz, tan vinculado a los intereses agrarios de la región, pusieron en marcha, en 1900, el proyecto de “Unión Nacional” que fundía la Liga y las Cámaras de Comercio. El proyecto tenía, desde su nacimiento, plomo en el ala: políticos como Silvela desde el poder o Germán Gamazo desde la sedicente oposición, no iban a tolerar que fructificara.


Costa y Paraíso derivarían a un republicanismo templado y Santiago Alba se integraría en el sistema del turno. La “Unión Nacional”, dice Raymond Carr, terminó su carrera de organización de la clase media en una campaña contra los nuevos impuestos del presupuesto de Villaverde. La que decía ser una organización independiente y reformista quedó desacreditada como grupo de presión de tenderos movidos por el egoísmo.


Que en este país nuestro siempre han proliferado los arbitristas es cosa sabida. Pero parece que las crisis los reviven, como a los champiñones en primavera. Acaba de estrenarse una web con el estrambótico título de “estoloarreglamosentretodos.org”. Según ellos cuentan, Jaime, un profesional del marketing, ayudado por su mujer -¡que compenetración!- redactó un plan y lo presentó a las Cámaras de Comercio, y estas, zas, de golpe y porrazo, se entusiasmaron con el proyecto y, con algunas de las, según ellos, más importantes empresas del país, pusieron en marcha la “Fundación Confianza”.


Y ya están allí los listos de siempre: el insustituible Leopoldo Abadía, Ferrán Adriá, Carlos Sainz, Fernando Romay… junto a creativos de televisión, consultores, periodistas de más o menos tres al cuarto, estudiantes, taxistas… Me falta Fernando Savater, riendo con su boca blanda.


Veremos si todo su impulso arreglador no se queda, como el de sus antecesores, en una mera pataleta por la subida del IVA.

No hay comentarios: