Hoy, en este comentario de opinión, mezclo dos opiniones ajenas. La primera la he encontrado en un artículo de Daniel Raventós publicado en la revista electrónica “Sin Permiso”. Allí da cuenta de la creación, el pasado 28 de abril, de una subcomisión en el Parlamento español para estudiar la posibilidad de implantación en el país de una renta básica, es decir, de una asignación monetaria incondicional para toda la población en estado de necesidad.
Para financiar esta renta básica, Daniel Raventós confía en los impuestos, citando una gran verdad tomada del constitucionalista estadounidense Cass Sunstein: “Los impuestos, lejos de ser una obstrucción de la libertad, son una condición necesaria de su existencia”.
He leído, además, una carta al Director que publicaba el domingo el diario “Público”. Ésta es la segunda de las opiniones ajenas. Me ha sugerido una forma complementaria de financiación de la futura renta básica. La carta la firmaba un ciudadano de Cantabria, D. José Miguel Gómez, y no tiene desperdicio: se refiere a aquella majadería que soltó Esperanza Aguirre diciendo que le parecía “indecente” que se subiera el sueldo a los funcionarios que tiene empleo fijo, cuando la inflación está en el 1%. Luego le explica a la señora Aguirre lo que él cree que es la verdadera indecencia:
“Indecente es que el salario mínimo de un trabajador sea de 624 € al mes, y el de un diputado de 3.996 €, pudiendo llegar con dietas y otras prebendas a 6.500”, “indecente es que un catedrático de universidad o un cirujano de la sanidad pública ganen menos que el concejal de festejos de un ayuntamiento de tercera”, “indecente es comparar la jubilación de un diputado y una viuda”, “indecente es colocar en la administración a miles de asesores, amigotes con sueldos que ya desearían los técnicos más cualificados”, “indecente es que sus señorías, cuando cesan en el cargo, tengan un colchón del 80% del sueldo durante 18 meses”, decía D. José Miguel Gómez.
Se podían añadir otras muchas, pero éstas son bien representativas: sólo con terminar con algunas de estas indecencias estaba garantizada la renta básica de inserción.
Para financiar esta renta básica, Daniel Raventós confía en los impuestos, citando una gran verdad tomada del constitucionalista estadounidense Cass Sunstein: “Los impuestos, lejos de ser una obstrucción de la libertad, son una condición necesaria de su existencia”.
He leído, además, una carta al Director que publicaba el domingo el diario “Público”. Ésta es la segunda de las opiniones ajenas. Me ha sugerido una forma complementaria de financiación de la futura renta básica. La carta la firmaba un ciudadano de Cantabria, D. José Miguel Gómez, y no tiene desperdicio: se refiere a aquella majadería que soltó Esperanza Aguirre diciendo que le parecía “indecente” que se subiera el sueldo a los funcionarios que tiene empleo fijo, cuando la inflación está en el 1%. Luego le explica a la señora Aguirre lo que él cree que es la verdadera indecencia:
“Indecente es que el salario mínimo de un trabajador sea de 624 € al mes, y el de un diputado de 3.996 €, pudiendo llegar con dietas y otras prebendas a 6.500”, “indecente es que un catedrático de universidad o un cirujano de la sanidad pública ganen menos que el concejal de festejos de un ayuntamiento de tercera”, “indecente es comparar la jubilación de un diputado y una viuda”, “indecente es colocar en la administración a miles de asesores, amigotes con sueldos que ya desearían los técnicos más cualificados”, “indecente es que sus señorías, cuando cesan en el cargo, tengan un colchón del 80% del sueldo durante 18 meses”, decía D. José Miguel Gómez.
Se podían añadir otras muchas, pero éstas son bien representativas: sólo con terminar con algunas de estas indecencias estaba garantizada la renta básica de inserción.
1 comentario:
Hola Javier:
Estaba buscando una imagen relacionada con el parlamento español, por lo que hice una búsqueda a través de http://search.creativecommons.org/
y apareció la imagen del león que ilustra este artículo.
¿Es realmente una imagen creative commons?
Muchasg gracias
Publicar un comentario