martes, 27 de enero de 2009

BEATUS ILLE


Una querida y vieja amiga a quién no veo hace muchos años, pero que ha seguido alguno de estos comentarios semanales en el blog, me escribía este fin de semana que me imaginaba como un viejo patricio romano, retirado en su villa rural, y dedicado a la crítica de los vicios y las costumbres. Nada mas lejos de la realidad: a pesar de mi discapacidad no me jubilan y lamentablemente ya no existe Cayo Mecenas que regale villas en Tívoli, allá por los montes sabinos, para que, como Horacio, pueda decir que ya no me despierta el estridor de la trompeta militar, ni me intimidan las borrascas del mar iracundo, ni puedo evitar por igual los pleitos del foro y los soberbios umbrales de los ciudadanos poderosos.


No, sigo viviendo aquí y aun cuando siempre espero alguna beatitud de esta vieja y románica Zamora, he de seguir padeciendo las locuras que tantas veces acometen a los que nos mandan. La semana pasada, el miércoles y el jueves, no pude sacar el coche del aparcamiento porque un “Congreso Hispano-iluso” con veintitantos ministros y otras hierbas, se reunía no se donde coño. Todo el centro de Zamora aparecía tomado por una hueste militar, mientras los helicópteros atronaban el cielo. Se cortaron puentes y se me impidió el paso, haciéndome dar una enorme vuelta para poder llegar, rendido, a una oficina donde todo el mundo estaba cabreado por haber padecido parecida suerte…


Hasta a Fray Luís le hubiera resultado difícil
que no le enturbie el pecho
de los soberbios grandes del Estado
ni del dorado techo
se admire, fabricado
del sabio moro, en jaspes sustentado


En fin, no todo va a ser malo. Evo Morales ha ganado el referéndum para aprobar una Constitución socialista en Bolivia, aquel país que, según la reina Victoria de Inglaterra, no existía, porque su escuadra no podía bombardearlo. ¡Bien por Evo!

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