miércoles, 28 de mayo de 2008

LAICISMO


Ya lo he contado alguna vez en público, aunque creo que nunca en la radio. Cuando se produjo la segunda de mis detenciones, allá por el lejano año 1973, me vinieron a ver a la cárcel por el locutorio de abogados nada menos que D. Enrique Tierno Galván, D. Gregorio Peces Barba y el que entonces era un oscuro pasante del despacho de Tierno y hoy es el flamante Presidente del Congreso, D. José Bono. No es que yo tuviera ninguna importancia, ni a los 19 años ni ahora. Pero, aparte de la solidaridad que el acto implicaba, sucedía que por aquel entonces el PSOE andaba muy dividido entre históricos, renovados y socialistas del interior y resultaba que mi padre, viejo socialista de toda su vida, con una condena a muerte y cinco años de cárcel, resultaba especialmente atrayente por su condición confesada de católico practicante y de socialista de abolengo.


Especialmente atrayente para Gregorio Peces Barba que provenía del grupo demócrata-cristiano de Joaquín Ruiz Jiménez, agrupado en Cuadernos para el Diálogo. Me he acordado de él al calor del rechazo en el Congreso de las iniciativas de Izquierda Unida y el Bloque Gallego para avanzar en la laicidad del Estado.


La iniciativa de Izquierda Unida proponía que en las ceremonias de acatamiento y promesa de cargos públicos se retirara la Biblia y el crucifijo cuando se jure o prometa cumplir y hacer cumplir la Constitución.


“El Público” de hoy contiene un artículo de Benjamín Forcano, sacerdote y teólogo, que reproduce unas palabras de Gregorio Peces Barba en las que el hoy ya viejo socialista dice: “Me parece que la presencia del crucifijo en la presentación del Gobierno es un anacronismo. No haberlo retirado responde a la voluntad de no irritar mas la piel de los señores obispos. Pero es incoherente, como los actos religiosos celebrados en medio de los actos públicos”


Sin embargo, cuando ha tenido la oportunidad, el Gobierno socialista se ha echado atrás, como hemos visto. Es lo malo de los neosocialistas: que una cosa es lo que dicen y otra lo que hacen.

miércoles, 21 de mayo de 2008

DOS TITULARES


Dos titulares ayer en las portadas de nuestra prensa local. Ambos debajo de la cabecera del periódico:


Dice “El Norte de Castilla”: “Informes técnicos revelan que el déficit del Ayuntamiento de Zamora supera los 10 millones”.


Dice “La Opinión-El Correo de Zamora”: “El Interventor desaconseja las corridas de toros en San Pedro por discriminar a la mujer”


Aunque parezca mentira, los dos titulares hablan de lo mismo. Sucede, sin embargo, que el primer titular procede de un informe público del Interventor y el Tesorero del Ayuntamiento, donde se pone de manifiesto no sólo el déficit actual del actual Ayuntamiento que arrastra muchos años de mala gestión del Partido Popular, sino también una cantidad semejante de incobrables con deudas en muchos casos prescritas. Sucede que ese informe ponía de manifiesto la mala práctica contable de computar como ingresos las cantidades cobradas por AQUAGEST por el agua, sin que figure ninguna otra contrapartida de gasto, como si AQUAGEST fuese una piadosa ONG cuyo objetivo es que los zamoranos beban y se laven gratis.


El titular de “La Opinión”, sin embargo, está basado en un informe del Interventor que todavía no era público y que “los duendes de palacio” (seamos piadosos) filtraron oportunamente al mas local de nuestros rotativos locales. En ese informe y de pasada, tras analizar los 60.000 euros (10 millones de las antiguas pesetas, no lo olviden) que el Ayuntamiento entrega como subvención a fondo perdido para las corridas de toros de San Pedro, el Interventor advertía que era necesario cumplir con la Ley de Igualdad, también a la hora de repartir los dineros para las fiestas.


La trampa periodística estaba servida: si se habla de que al Interventor no le gustan las corridas o de que es un excéntrico defensor de la igualdad de género, hacemos que el personal olvide un poco el déficit millonario.


La cosa es bastante repugnante, pero no es un mal ejemplo de cómo el Partido Popular trata a los funcionarios cuando intentan hacer que la legalidad se cumpla.


Conozco a Javier López Parada desde hace algunos años: es un hombre íntegro, culto y con una enorme preparación jurídica y profesional que para sí quisieran algunos paletos trajeteados que hablan del “iter procesal”